Si, esta se clasifica en 4 tipos, una persona puede tener uno o varios tipos simultáneamente, o pasar de un tipo a otro con el paso del tiempo. Sin embargo, que tenga un tipo no significa que necesariamente vaya a pasar a tener otro con el tiempo. Existen otras formas de rosácea mucho menos frecuente que debido a su rareza obviaremos de describir aquí.
El tipo 1 se llama eritematosa o vascular y se caracteriza por la presencia de rubor en las mejillas y/o nariz, que en un comienzo puede ser transitorio como por ejemplo luego de estar expuesto a una fuente de calor o después de tomar alcohol y con el tiempo este rubor se puede tornar permanente.
El tipo 2 o inflamatoria se caracteriza por la presencia de pápulas y pústulas “granitos” en las mismas zonas donde se produce el rubor.
El tipo 3 o fimatosa es una forma menos frecuente de rosácea donde se produce un engrosamiento de la piel de la nariz y en algunos casos también del mentón. Esta característica de nariz engrosada se llama rinofima.
El tipo 4 es la rosácea ocular, en la cual el paciente suele presentar orzuelos, sensación de arenilla en los ojos o sensación de ojos secos.